Han sido considerados indispensables, pero los excluyen del paquete de alivio por coronavirus
Por: Araceli Martínez Ortega | 28 de Marzo 2020
Pese a que el coronavirus ha puesto a los trabajadores del campo a laborar horas extras para cumplir con la alta demanda de alimentos, y aún cuando el gobierno de EEUU los han colocado en la categoría de trabajadores esenciales para la nación, trabajan sin protecciones y han sido dejados al margen del billonario paquete de recuperación financiera. Contenido Patrocinado Vea cómo este oregoriano cambió su vida
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“Ahora sí somos esenciales, pero cuando los trabajadores miran el cheque del salario, no se nota que son esenciales. Se les niegan derechos esenciales y las prácticas son las mismas del pasado”, dijo Armando Elenes, secretario-tesorero de la Unión de Campesinos (UFW).
En medio de la más grande crisis de salud que ha enfrentado la nación, quienes producen los alimentos trabajan sin protecciones como mascarillas, no cuentan con seguro médico, y si no trabajan, no ganan.
“Oficialmente más del 50% de los trabajadores del campo no tienen estatus migratorio, pero en realidad son más del 70%. Para ellos, no hay ningún ayuda dentro del paquete de alivio financiero para lidiar con el impacto económico del coronavirus. Ni tienen derecho a solicitar la ayuda para el desempleo”, señaló Elenes.
“Esto ha hecho que los trabajadores se sientan enojados, ignorados e invisibles. Le dan de comer a este país, pero no reciben beneficios esenciales. Ellos pagan impuestos a través de su Número de Identificación Personal (ITIN)”, afirmó.
Al mismo tiempo, Elenes observó que los trabajadores tienen miedo de contraer el virus.
“Están espantados. Se preguntan qué va a pasar con sus hijos si se enferman. No son inmortales”.
Trabajar con temor
Jesús Zúñiga quien labora en una plantación de uva en Madera, California, recolectado todo tipo de uva para consumo y vino de mesa, vive con un miedo doble.
“Andamos con temor de enfermarnos porque no tenemos mascarillas ni desinfectantes para manos, pero también nos preocupa que nos vayan a parar de trabajar. Si no trabajamos, no tenemos pago, y de mi dependen mi esposa y mis dos hijos”, dijo Jesús quien tiene 45 años de edad, y más de 20 años de trabajar en los campos de California.
Para él no ha habido cuarentena. “Nos estamos exponiendo, pero sin nosotros no hay fruta ni vegetales en el mercado”.
Por el contrario, esperan que el año sea de abundante trabajo. “Pinta muy bien. Las lluvias que cayeron hace unas semanas han sido muy buenas para el campo. Esperamos que haya mucho trabajo para nosotros”, dijo.
Eso sí, comentó que están procurando incrementar las reglas de higiene, y lavarse con agua y jabón cada vez que pueden. Además, confió que su vida en estos tiempos de coronavirus se resume a “ir de la casa al trabajo.”
La única ayuda que les han dado hasta ahora a cada trabajador del campo, es una tarjeta que explica que el Departamento de Seguridad Nacional considera que su trabajo es parte de la infraestructura nacional crítica y que necesitan ir al trabajo, a pesar de la orden de permanecer en casa.
“La podemos mostrar a la policía en caso de que nos detengan. Esa tarjeta me hace sentir más tranquilo, más seguro y respaldado”, comentó Jesús.
Preocupación
A Adelaida Mendoza, la compañía para la que trabaja en el campo la mandó a descansar. “Es una tristeza porque la mayoría de mis compañeros no tienen papeles ni cómo sobrevivir durante la cuarentena”, dijo.
Ella sí tiene un estatus migratorio y puede solicitar la ayuda para el desempleo. “Me siento protegida del coronavirus al quedarme en casa, pero mi yerno sigue trabajando en el campo todos los días, y él podría traernos el virus a mi, a mi esposo que ya es jubilado, a mi hija y a los dos nietos que vivimos juntos en una casa”, dice.
Por tener 58 años de edad, Adelaida se siente más vulnerable a un contagio. “Las personas mayores tenemos más riesgos. Aunque el hijo de una sobrina, que tiene cuatro años, está infectado del coronavirus”, reveló.
Luis Meza, es un trabajador del campo en el área de Fresno, a quien el trabajo se le redujo drásticamente porque la compañía para la que labora ya no pudo continuar exportando mandarina pues se cayeron los pedidos internacionales a causa de las restricciones impuestas por el coronavirus.
“He buscando trabajo en otras partes, pero las cuadrillas ya están completas. Estoy muy preocupado porque yo mantengo a mis padres y hermanos que viven en México’, dijo Luis de 32 años de edad, con ocho años de laborar como campesino.
Si bien reconoció que tiene miedo al virus, está convencido de que si se contagia no se va a morir. “Estoy tomando precauciones por qué quién quiere estar tirado en la cama enfermo de esta epidemia”, expresó.
Desgraciadamente, estimó que el número de infectados en el campo va a aumentar porque no hay muchas medidas de precaución. “Uno no puede ni encontrar desinfectante para manos”, dijo.
Agricultores nerviosos
Joe Del Bosque, agricultor en las comunidades de Mendota y Firebaugh en el Valle Central de California, admitió que trabajan nerviosos porque no saben qué va a pasar con el coronavirus.
“Estamos cosechando espárragos, y plantando melón, sandía y maíz para elote”, dijo.
Pero mientras cumplen con la producción de alimentos, aseguró que toman medidas para que los trabajadores estén bien.
“Les hemos dado un poco de entrenamiento de acuerdo a lo que nos ha dicho el gobierno como no acercarse mucho, lavarse las manos y no venir enfermos. Aquí les tenemos agua, jabón y toallas de papel para secarse, pero no sabemos que hagan cuando lleguen a su casa por la noche”, comentó.
Y aclaró que no se les ha proporcionado mascarillas a los campesinos porque el gobierno ha recomendado dejarlas para los enfermos, y porque aunque quisieran no encuentran en el mercado.
Del Bosque sostuvo que en medio de la crisis, los trabajadores tienen mucho ánimo. “Quieren trabajar para ayudar a sus familias aquí o en México”.
Medidas de precaución
Elenes de la Unión de Campesinos reconoció que en general con el coronavirus, la demanda de trabajo se ha disparado ‘a lo loco’, y muchos trabajadores laboran horas extras “Solo ha bajado en los campos cuya producción es para restaurantes y eventos, pero no para los mercados”, precisó.
Algo que ayuda a las trabajadores del campo es que usualmente trabajan con media cara cubierta con un pañuelo para protegerse del sol y el polvo.
“Es muy difícil que puedan ejercer la distancia social para prevenir un contagio, porque al llegar al campo cada mañana, los juntan para darles instrucciones. A eso se le conoce como la escuelita”, explicó Elenes.
Sin embargo, hay cultivos como los viñedos o donde hay surcos que permiten ejercer la distancia social, pero en las empacadoras y cortadoras es imposible.
Las recomendaciones dadas a los trabajadores del campo por la UFW para prevenir un contagio son:
- Lavarse las manos frecuentemente con jabón y agua (en frente y atrás por 20 segundos o más).
- Animarlos a quedarse en casa si están enfermos.
- No tocarse ojos, nariz o boca con manos que no se han lavado.
- Taparse la boca o cubrirse con el codo cuando tosan.
- Limpiar y desinfectar frecuentemente las áreas que son tocadas a diario.
- Tener un plan de emergencia listo.