COMENTARIO: UFW es un homenaje a la solidaridad real lograda entre los Latinos y Filipinos
Los Manongs de Delano fueron los primeros residentes del Pablo Agbayani Aldea de Jubilación en Delano después que Cesar Chavez y el movimiento campesino la construyeron en 1974. Todos los Manongs en esta foto fueron huelguistas del AWOC en 1965. Yo soy una de los pocos huelguistas filipinos que viven hoy, que, como miembros del Comité Organizador de Trabajadores Agrícolas (AWOC), salieron de las viñas de Delano el día 8 de septiembre de 1965.
Yo soy una excepción. La mayoría de los huelguistas filipinos eran hombres solos, traídos de las Filipinas durante los años 20 y los del 30, quienes no tuvieron el derecho para casarse porque lo prohibían las leyes en California para evitar la mezcla de razas. Mi padre, Planton Agtang, se casó con mi madre, Lorenza, una mexicana, después que esta ley fue revocada.
Mis seis hermanos y yo vivimos con nuestros padres por muchos años en el mismo lugar donde vivían los campesinos del rancho y donde la mayoría de nosotros nacimos en las afueras de Delano. Tenía 13 años cuando empezó la huelga y nos echaron fuera de ese lugar. El sindicato de Cesar Chavez compuesto de muchos latinos, Asociación Nacional de Campesinos (NFWA), se unió con los filipinos del AWOC en los próximos 12 días cuando salieron en huelga en los campos de la uva. Aunque Cesar no pensaba que su sindicato estaba listo para una huelga, tomó la mejor decisión de unirse a las líneas de huelga de los filipinos.
En seguida, un grupo de miembros latinos del sindicato de Cesar Chávez quisieron tener un voto para trabajar con los filipinos en nuestro esfuerzo unido de huelga. “Ellos quisieron tomar un voto para discriminar,” dijo Cesar en el libro de 1969 por Peter Matthiessen, Sal Si Puedes. “Primero muerto,” Cesar les contestó a estos latinos. “A los que no les gusta, sugiero que se salgan. O mejor, yo me voy a salir y unirme a los filipinos.” Ese fue el final del debate. Los sindicatos de los filipinos y los latinos se juntaron en 1966 para formar la Unión de Campesinos.
Mi padre fue un miembro leal. El nunca quebró la huelga durante los cinco años que duró la huelga. Con siete niños para mantener, el regresó al trabajo migratorio tomando meses laborando en lugares afuera como Stockton en el norte de California. Mis padres, mis hermanos mayores y yo regresamos a las uvas cuando ganamos la huelga y se firmaron los contratos de la UFW en 1970. Todos de nosotros salimos en huelga otra vez en 1973 y yo trabajé en la clínica médica de la UFW en Delano.
Para ese entonces, la mayoría de los filipinos eran demasiado viejos para los trabajos del campo. Sin familias, no tuvieron alberques adecuados donde vivir. Con la ayuda de voluntarios, Cesar se propuso a construir Pablo Agbayani Aldea de Jubilación-una comunidad de viviendas con el bello estilo de las misiones con ladrillos de adobe. Algunos fueron apartados para los Manongs (unas para los viejos y respetados de Delano y otras para los filipinos quienes estaban listos para jubilarse y fueron miembros del sindicato). Yo fui la primera administradora. Algunos de los Manongs fueron conmigo a pueblos lejanos como Salinas y Stockton para reclutar a los primeros residentes. Alli, campesinos, filipinos ancianos, vivieron el resto de sus años con dignidad y seguridad. Alli tuvieron una cocina comunitaria con comida filipina, un cuarto para recreación, acceso a una cercana clínica médica y a servicios sociales en el centro de servicios campesinos.
Cuando en California la ley laboral para campesinos fue aprobada, trabajé como una organizadora de la UFW. Organicé campesinos en los ranchos de uvas cerca de Delano, quienes eran filipinos, árabes, puertorriqueños y mexicanos. Cesar Chávez, Larry Itliong, y los demás líderes latinos y filipinos juntaron las dos razas y culturas que los rancheros históricamente alentaban por las diferencias para quebrar las huelgas. Soy una mestiza, de raza mezclada, filipina y mexicana. Porque los filipinos y latinos se unieron en uno solo sindicato, por primera vez en mi vida, me sentí como una persona entera con raíces en ambos comunidades.
La prima vez cuando el líder de AWOC, Peter Velasco, se encontró con Cesar Chávez en Septiembre de 1965, Cesar dijo, “Hola, hermano.” Pete respondió en la misma manera. Para el resto de sus vidas, ellos nunca se llamaron por otro nombre. Esto simbolizó la solidaridad verdadera que practicaron las dos razas. También es parte de la razón porque la UFW fue el primer sindicato de campesinos con éxito en los Estados Unidos. El éxito no fue el costo de algún otro grupo.
Mi destino fue ser una campesina para toda mi vida. Creí que todos los caminos de Delano terminaban en los campos. La UFW abrió mis ojos al mundo. Me mudé a Sacramento en 1978, saliendo de los campos. Pero nunca paro el activismo con el movimiento campesino. Nunca me fui. Nosotros nunca olvidamos al grupo original de trabajadores filipinos que comenzaron la huelga de uvas y ayudaran a empezar un movimiento histórico que duró los 51 años.
La mayoría de ellos han muerto. Mi padre, Planton Agtang, trabajó en las uvas bajo un contrato de la UFW hasta la edad de 89 años y falleció a la edad de 106. Siempre tuvo orgullo de su lugar en la historia laboral de los campesinos. Ahora yo tengo el orgullo en continuar ese legado.